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Psicología positiva

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La psicología positiva propondrá focalizarse en las fortalezas humanas más que en su debilidad dado que diferentes investigaciones han mostrado que las fortalezas humanas (ej. el optimismo, la fe, las relaciones interpersonales, etc.) actúan como amortiguadores de la enfermedad mental (Seligman y Csikszentmihalyi 2000, 7).
Otro hito importante en el surgimiento de la psicología positiva fue  –además del número especial en la revista ''American Psychologist-'' el surgimiento del primer ''Positive Psychology Center ''en la Universidad de Pensilvania de los Estados Unidos. Cuya misión es promover la investigación, el entrenamiento, la educación y la difusión de la psicología positiva, la resiliencia y la firmeza del carácter ([http://ppc.sas.upenn.edu/ http://ppc.sas.upenn.edu/]). Con posterioridad a estos eventos en el 2006 se creó la primera revista destinada al estudio de la psicología positiva: ''The Journal of Positive Psychology'', de ''Routledge Taylor & Francis Group'' (Linley, Joseph, Harrington y Wood 2006, 4). También otras editoriales como Springer desarrollaron una serie de colecciones sobre ''Cross-Cultural Advancements in Positive Psychology'' dirigidas por la profesora Antonella Delle Fave, esta incluyó importantes estudios desarrollados en Latinoamérica (Castro Solano 2014), Sudáfrica (Wissing 2013) y Asia (Morandi y Narayanan Nambi 2013).
Seligman y Csikszentmihalyi (2000, 5) plantearán que el campo de la psicología positiva se centra en tres niveles: subjetivo (experiencias subjetivas valiosas), individual (rasgos individuales positivos) y grupal (las virtudes cívicas que llevan a un hombre a ser un buen ciudadano). Las temáticas vinculadas a estos tres niveles pueden verse representadas en la tabla 1.
*''Actividad y conciencia están unidas.'' En el estado de ''flow'' la concentración está enfocada en la tarea. Se requiere una mente unificada para el ajuste cercano entre los desafíos y las destrezas, y esto se hace posible por la claridad de las metas y un constante ''feedback''.
*''Las distracciones quedan excluidas de la conciencia.'' Las personas prestan mayor atención sólo a lo que es relevante aquí y ahora. El ''flow'' es el resultado de la concentración intensa en el presente, la cual alivia de los temores usuales que causan depresión y ansiedad en la vida diaria. Las distracciones interrumpen el estado de experiencia óptima.
*''No hay miedo al fracaso.'' En la experiencia óptima, se está demasiado absorto como para preocuparse por el fracaso. Se sabe lo que debe ser hecho y se reconoce la posesión de las destrezas adecuadas a los desafíos. *''La autoconciencia disminuye''. Al estar muy implicado en la actividad la atención deja de centrarse en sí mismo para posarse en la tarea que se realiza. “En la vida cotidiana, estamos siempre controlando la apariencia que presentamos ante otras personas; estamos atentos a defendernos de potenciales ofensas y deseosos de causar una impresión favorable. Por lo general esta conciencia del yo es una carga. En el fluir estamos demasiados absortos en lo que estamos haciendo para preocuparnos de proteger al ego” (Csikszentmihalyi 1998). Una vez que concluye el estado de ''flow'' emerge un auto-concepto más fuerte, porque se descubre que se ha tenido éxito en superar una dificultad desafiante. Los actos de auto olvido (es decir, cuando dejamos de centrar la atención en nosotros mismos para ponerla en la actividad) hace que el Yo se expanda (Csikszentmihalyi 1998), haciendo que la persona experimente una auto-realización más intensa. *''El sentido del tiempo queda distorsionado. ''Generalmente, la persona que experimenta el estado de ''flow'' se olvida del tiempo, y las horas pueden pasar en lo que parecen ser unos pocos minutos o los minutos como si fueran horas. El sentido del tiempo va a depender de lo que se está haciendo. Por ejemplo, al deportista le parecerá que la prueba dura menos y se hace más corta, disminuyendo por tanto la sensación de fatiga. Sin embargo, un deportista que practique una modalidad deportiva de corta duración o que necesite de movimientos muy rápidos para conseguir eficacia, necesitará percibir que el tiempo pasa mucho más lento que en la realidad (García Calvo, Jiménez Ruiz, Santos-Rosas Ruano, Vaíllo y Cervelló Gimeno 2008). *''Equilibrio entre los desafíos y las habilidades. ''Esta es considera la característica más importante de la experiencia óptima. En la experiencia óptima, la persona siente que sus habilidades son adecuadas para las oportunidades de acción. Pero si el desafío se presenta como insuperable, surge un sentimiento de frustración en vez de placer. El estado de ''flow'' puede ser representado como un ''canal'' sobre un esquema de desafío ''vs''. habilidad, separando los estados de aburrimiento y ansiedad. La calidad de la experiencia es dinámica: si el desafío de la tarea disminuye podría convertirse en aburrido; si el desafío aumenta y las habilidades no mejoran para hacer frente al desafío, podría entrar en un estado de ansiedad.
La atención y la concentración son unos de los componentes claves del ''flow''. Las investigaciones sobre experiencia óptima consideran una directa relación entre la atención focalizada y el ''flow''. El estado de experiencia óptima puede ser experimentado por cualquier persona independientemente de la edad, sexo, cultura o situación económica. Los autores sostienen que es un fenómeno universal, aún cuando las actividades que llevan a esa experiencia puedan ser muy diferentes, debido a la influencia cultural. Algunas investigaciones realizadas por Delle Fave, Bassi y Massimini (2003) en gitanos nómades en Europa refieren que el 80% de los participantes de su investigación reconocieron haber experimentado experiencia óptima. Otros estudios realizados en docentes y médicos italianos identificaron en sus participantes la misma proporción de ''flow'' que en los estudios de gitanos nómades (Delle Fave, Massimini y Bassi 2011). Por otro lado, estudios realizados en niños en Argentina mostraron porcentajes similares (Mesurado y Richaud 2014).
Algunos autores sugieren que los postulados fundamentales de la psicología positiva no son nuevos sino que reeditan conceptos que ya han sido desarrollados por la psicología como, por ejemplo, la psicología humanista (Kristjánsson 2012) pero también toman postulados que son propios de movimientos religiosos o espirituales tales como ideas desarrolladas en la Biblia, el Corán, enseñanzas de Dalai Lama, etc. (Pérez-Álvarez 2012). Esto llevó a sugerir que la psicología positiva si bien pretende ser un conocimiento científico no logra serlo dado que propone postulados casi como si fuera una religión (Lazarus 2003a, 176). Los principios de la psicología positiva tales como ser positivos y pensar en positivo parecen más eslóganes que una ciencia sólidamente desarrollada (Pérez-Álvarez 2012). De hecho también se le critica que varios de los representantes principales de la psicología positiva, como son Seligman o Csikszentmihalyi, hayan desarrollado varios de sus conceptos fundamentales en libros de divulgación o de autoayuda (Cabanas y Sanchez 2012).
A pesar de que lo antes expuesto parecen opiniones más o menos fundamentadas, a nuestro juicio, una de las críticas más fuertes que ha recibido la psicología positiva ha sido desarrollada en un artículo del año 2003, publicado por un prestigioso investigador, el Dr. Richard Lazarus. Lazarus (2003b) identificará cuatro problemas fundamentales en la psicología positiva. La primera falencia de las investigaciones en psicología positiva será la de contar sólo con estudios transversales careciendo de estudios longitudinales que puedan brindar información más acertada sobre la dirección de la relación entre las variables en estudio (Lazarus 2003b, 96). Si bien esta crítica parece ser apropiada, es cierto también que fue hecha durante los primeros a´﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽urante los primeros anuestro juicio estudios de  la psicologs posteriores de estudios longitudinales a Biblia, el Corcños años de desarrollo de la psicología positiva, y estas falencias fueron revertiéndose en los años posteriores (por ejemplo ver estudios de Wood, Linley, Maltby, Kashdan y Hurling 2011; Wood, Maltby, Gillett, Linley y Joseph 2008).La segunda falencia indicada por Lazarus (2003b) es el problema de la valencia en las emociones, sostendrá que las conceptualizaciones sobre las emociones positivas propuestas por la psicología positiva son un enfoque demasiado simple, dado que a cualquier emoción se le asigna automáticamente una de las dos valencias, positivas o negativas, sin una base adecuada en la medición de la emoción. Las llamadas emociones positivas se agrupan juntas y se comparan con las llamadas emociones negativas cuando en realidad son dos valencias de la misma emoción. La tercera falencia que indica Lazarus (2003b) es el problema de las diferencias individuales que no siempre son tenidas en cuenta en las investigaciones en psicología positiva. Dicho en otras palabras, varios estudios comparan las diferencias de grupos en estudio pero no los cambios en una persona controlando las diferencias individuales que podrían aparecer. Por último, la cuarta falencia indicada por Lazarus (2003b) es el problema de la medición de las emociones; en general en los estudios se utilizan autoinformes realizados en un único tiempo por los participantes y estos son inadecuados para el propósito de proporcionar descripciones precisas y completas del flujo de emociones que se han experimentado o se muestran.  
==Bibliografía==
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