Argumento ontológico

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Hartshorne coincide con Findlay en que: “Si el argumento sostiene que no existe un Dios, entonces tampoco puede haber posibilidad de su existencia y su concepto es sin sentido, como el de «círculo cuadrado»” (Hartshorne 1965, 124). Sin embargo, a diferencia de Findlay, Hartshorne asume que no lo es, ya que en la filosofía del proceso hartshorniana la idea de Dios se forma por experiencia directa a partir de los seres contingentes que son el aspecto cambiante de una realidad siempre existente. La perfección no puede estar representada por ningún concepto, pero en cada cosa que conocemos, conocemos, con un nivel de claridad menor, a Dios. Por lo tanto, si el concepto “Dios” no es contradictorio debe tener un objeto posible o actual. Pero: “''Donde la imposibilidad y la mera posibilidad no actualizada están ambas excluidas, no permanece nada más que la actualidad, si la idea tiene significado en algún sentido''” (Hartshorne 1965, 124). Es decir, el argumento ontológico modal de Hartshorne está basado en la proposición modal: “La existencia de Dios es necesaria o imposible”, ya que la posibilidad o la contingencia no pueden aplicarse a Dios. Pero, dado que no es imposible, entonces la existencia de Dios es necesaria. Esta versión del argumento ontológico modal de Hartshorne fue formalizada por O´Hear con un ''modus tollendo tollens'':
<! --[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t202" coordsize="21600,21600" o:spt="202" path="m,l,21600r21600,l21600,xe"> <v:stroke joinstyle="miter"/> <v:path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect"/></v:shapetype><v:shape id="_x0000_s1030" type="p&#_x0000_t202" style='position:absolute8594; margin-left:122.15pt&#9633;margin-top:1.3pt;width:324.15pt;height:85.2pt;z-index:251659776; mso-wrap-style:none' o:allowincell="f" stroked="f">p <v:textbox style='mso-next-textbox:#_x0000_s1030' inset=",.1mm"> <![if !mso]> <table cellpadding=0 cellspacing=0 width="100%"> <tr> <td><![endif]> <div> <p class=MsoNormal><span style='font-family:"Book Antiqua","serif"'>Si Dios no existe, entonces, necesariamente Dios no existe.<o:p></o:p></span></p> <p class=MsoBodyText align=left style='text -align:left'><span lang=ES&#9633;-MX style='font-family:"Book Antiqua","serif"'><o:p> </o:p></span></p> <p class=MsoNormal><span style='font-family:"Book Antiqua","serif"; mso-bidi-font-family:Arial'>Pero, no necesariamente Dios no existe. <o:p></o:p></span></p> <p class=MsoNormal><span style='font-family:"Book Antiqua","serif"; mso-bidi-font-family:Arial'><o:p> </o:p></span></p> < p class=MsoNormal><span style='font-family:"Book Antiqua","serif"; mso-bidi-font-family:Arial'>Por lo tanto, Dios existe </span>(O’Hear 1985, 168)<span style='font-family:"Book Antiqua","serif";mso-bidi-font-family: Arial'><o:p></o:p></span></p> </div> <![if !mso]></td> </tr> </table> <![endif]></v:textbox> <w:wrap type="square"/></v:shape><![endif]--><!--[if !vml]--><!--[endif]--><!--[if gte vml 1]><v:rect id="_x0000_s1027" style='position:absolute;margin-left:58.7pt;margin-top:1.05pt;width:7.2pt; height:14.4pt;z-index:251656704' o:allowincell="f"/><![endif]--><!--[if !vml]--><!--[endif]--><!--[if gte vml 1]><v:line id="_x0000_s1026" style='position:absolute;z-index:251655680' from="22.7pt,8.25pt" to="51.5pt,8.25pt" o:allowincell="f"> <v:stroke endarrow="block"/></v:line><![endif]--><!--[if !vml]--><!--[endif]-->- p                   - p<!--[if gte vml 1]><v:rect id="_x0000_s1028" style='position:absolute; margin-left:8.3pt;margin-top:13.15pt;width:7.2pt;height:14.4pt;z-index:251657728' o:allowincell="f"/><![endif]--><!--[if !vml]--> {| | |- | | |}  <!--[endif]--> -      - p <!--[if gte vml 1]><v:line id="_x0000_s1029" style='position:absolute; z-index:251658752' from="1.1pt,7.15pt" to="94.7pt,7.15pt" o:allowincell="f"/><![endif]--><!--[if !vml]--> {| | |- | | |}  <!--[endif]--> P
===El argumento ontológico modal de Malcolm===
(27) Un ser tiene máxima grandeza en un mundo dado sólo si tiene máxima excelencia en  todos los mundos.
(28) Un ser tiene máxima excelencia en un mundo dado sólo si tiene omnisciencia, omnipotencia, y perfección moral en ese mundo”</em> (Plantinga 1974, 107). O sea que, si W fuera actual, existiría un ser que tendría omnisciencia, omnipotencia, y perfección moral en el mundo actual y también en todos los mundos posibles. Por lo tanto, si W fuera actual, habría sido imposible que no existiera un ser con omnisciencia, omnipotencia, y perfección moral. Pero, mientras que las verdades contingentes varían de un mundo a otro, lo que es lógicamente imposible, no. En consecuencia, en todos los mundos posibles es imposible que no exista un ser de estas características. Y como el mundo actual es uno de los mundos posibles, es imposible en el mundo actual que no exista un ser que tenga máxima excelencia. Finalmente, en el mundo actual existe un ser de grandeza insuperable y que existe y tiene esta propiedad en todos los mundos posibles, es decir, necesariamente.
La semántica de los mundos posibles permite a Plantinga elaborar una noción de ''necesidad'' que, además de ser funcional al argumento ontológico, también es significativamente más cercana a la noción clásica de necesidad que la defendida por Hartshorne y Malcolm. Mientras que para los segundos que la existencia de Dios sea necesaria significa que ''si Dios existe, entonces no puede dejar de existir'', para el primero afirmar que la existencia de Dios es necesaria significa que Dios existe en todos los mundos posibles, es decir, que es imposible que no exista o que no puede no existir, trascendiendo así el plano meramente lógico-lingüístico del concepto de necesidad tan común en la tradición analítica en la que se encuentra inserto.
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