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La flecha del tiempo y la irreversibilidad

35 bytes añadidos, 27 junio
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Nuestras intuiciones cotidianas y convenciones lingüísticas estás están impregnadas de nociones temporales: intuitivamente consideramos que el tiempo fluye del pasado al futuro, que el ''ayer'' es diferente al ''hoy'' y al ''mañana''. A la luz de nuestras intuiciones, el flujo del tiempo parece un hecho incuestionable del mundo: pasado y futuro son sustancialmente distintos, y el curso del universo parece inexorablemente dirigido del pasado hacia el futuro.
Estas consideraciones cotidianas nos permiten concebir la idea de un tiempo asimétrico y unidireccional que subyace a la evolución de los fenómenos físicos, en tanto sus comportamientos son evidentemente ''irreversibles'': por ejemplo, un gas siempre se difunde en una habitación cerrada, pero nunca vemos el fenómeno contrario, del gas concentrándose en un rincón de la habitación. Sin embargo, ¿cuál es el fundamento de esta asimetría temporal? ¿Existe algún ''fundamento físico'' que nos permita explicar por qué los sucesos del mundo parecen temporalmente dirigidos? Más aún, ¿qué tipo de relación existe entre los procesos físicos irreversibles y la manifiesta asimetría temporal? Esta clase de preguntas configura un problema que ha sido central en los desarrollos de la filosofía de la ciencia y, en particular, de la física: el ''problema de la flecha del tiempo''.
El primer punto expresa la tesis del ''presentismo'' en ontología del tiempo. Según esta posición, sólo el presente tiene realidad ontológica (existe). El pasado y el futuro son irreales. La existencia de un pasaje objetivo del tiempo se funda en el carácter dinámico del presente, que “viene a ser” constantemente y así se determina. La manera usual de abordar el problema de cuál es la naturaleza u ontología del tiempo es partir de la distinción hecha por McTaggart (1908) entre Teorías A y Teorías B del tiempo. En particular, las Teorías A del tiempo consideran que los eventos en una serie son ordenados de manera continua, primero en el pasado, luego en el presente y finalmente en el futuro. En general, las Teorías A adoptan el presentismo y el carácter dinámico del tiempo. Por otro lado, las Teorías B consideran que el flujo temporal es sólo una ilusión, adoptando el eternalismo o la visión de un universo como un bloque espacio-temporal estático (para una discusión crítica al respecto, ver McTaggart 1908, Broad 1923, Sider 1999, Bourne 2006, Markosian 2003, Sullivan 2012, Markosian 2014). El tercer punto, en cambio, considera el tiempo como un río que cae montaña abajo, como algo esencialmente dinámico, que fluye y cumple el papel de ser una base privilegiada para fijar las coordenadas temporales. Su fluir no sólo sigue una dirección privilegiada, sino que además posee una “tasa de movimiento” y sería posible, en principio, establecer “a cuánto fluye el tiempo” (Raven 2010).
En términos generales, se considera que el problema de la flecha del tiempo como tal se encuentra confinado en el segundo punto considerado por Price: por ello, el problema no suele ser enfocado en términos de Teorías A o Teorías B del tiempo, ni en términos de un flujo temporal dinámico. Esta entrada seguirá estos criterios, ofreciendo un abordaje a partir de la filosofía de la física[https://hifirama.com/ intertogel] .
El problema de la flecha del tiempo admite muchos enfoques y respuestas posibles. Por ejemplo, puede pensarse que el carácter asimétrico y dirigido del tiempo pertenece a nuestra forma subjetiva de percibir los fenómenos. Bajo esta perspectiva, la flecha del tiempo sería una flecha psicológica, que exigiría una argumentación en términos de cómo percibimos el tiempo o cómo la mente humana ordena temporalmente el mundo y limita su evolución a una única dirección posible (ver Le Poidevin 2015, Callender 2011). También puede considerarse el problema en términos estrictamente metafísicos: la direccionalidad privilegiada del tiempo es una propiedad esencial del tiempo mismo que no admite argumentación ''a posteriori'', sino sólo ''a priori''. También puede establecerse una flecha biológica cuando se pretende coordinar la asimetría temporal con procesos biológicos que exhiben algún tipo de asimetría (ver, por ejemplo, Jacob 1999: Cap. 4, Lineweaver, Davies y Ruse 2013).
Zermelo, Ernst. 1896. “Über einen Satz der Dynamik und die mechanische Wärmetheorie”, ''Annalen der Physik'' '''57''': 485-494. Trad. en ''Kinetic Theory'', editado por S. G. Brush, Vol. II, 208-217. Oxford: Pergamon.
 
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