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Gramática moral universal

34 bytes añadidos, 27 junio
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==Introducción==
Se denomina Gramática Moral Universal (de ahora en más GMU) o también Gramática Generativa Transformacional (Cutitaru 2017) a un programa de investigación de carácter esencialmente interdisciplinar, que se propone explicar la estructura cognitiva subyacente a las intuiciones morales, utilizando como modelo teórico la lingüística generativa de Noam Chomsky. No se trata por lo tanto de una tesis filosófica al estilo clásico, nacida en el seno de una escuela o al calor de una discusión de fondo, ni de un método particular para la investigación y la disquisición filosófica. La GMU sería de alguna manera como la reedición, en clave chomskyana, de una comparación clásica entre el sentido moral y la capacidad del lenguaje. Esta comparación hunde sus raíces, en última instancia, en el hecho de que ambas potestades se desarrollan en forma de hábitos de la razón, y es la causa por la que muchos autores presentan a la GMU como una variante de la analogía lingüística[https://www.go-go-juny.com/ 98toto].
Se trata, por lo tanto, de una extrapolación al ámbito moral de un esquema originalmente propuesto por Chomsky para la lingüística. Pero esta extrapolación contaría con un adecuado fundamento empírico. Este basamento se apoya en investigaciones psicológicas realizadas mediante los denominados dilemas del tranvía. En pocas palabras, los estudios sugieren que frente a dichas situaciones dilemáticas, los sujetos encuestados presentan respuestas intuitivas que son inmediatas, consistentes y claramente transculturales. Por el contrario, las justificaciones a posteriori de sus intuiciones resultan altamente sensibles al contexto cultural, y no siempre son lógicamente atinentes (Young, Cushman et al. 2007). El carácter transcultural, homogéneo y consistente del conocimiento moral intuitivo supondría la presencia de una serie de principios subyacentes comunes. Estos principios serían naturales, estarían codificados genéticamente y su origen sería evolutivo, pero no necesariamente resultarían accesibles al plano consciente, lo que explicaría las dificultades que los sujetos experimentan en la justificación de sus respuestas.
Respecto del tema que aquí interesa, la posibilidad de trasladar el esquema de explicación chomskyano al ámbito moral se apoya en seis puntos fundamentales:
<!--[if !supportLists]-->a)   <!--[endif]-->La perspectiva de análisis adoptada, que Chomsky denomina perspectiva “''i”. ''Esta perspectiva hace foco en lo lingüístico/moral como un fenómeno que reúne las siguientes característicacaracterísticas, a saber: es internalizado (en cuanto estado cerebral-mental), es intencional (se le reconoce cierto carácter referencial), es individual (en cuanto a la perspectiva psicológica del sujeto), y es idealizado, puesto que se postula un modelo teórico para la comprensión de estas capacidades humanas (Chomsky 1997, 119; Mikhail 2011, 26).
Se deja de este modo de lado la perspectiva “''e''” que sería extensional y externalizada, y que implicaría la consideración de objetos que, en cierta medida, son independientes de los estados cerebrales-mentales que los hacen posibles. En el caso de la moral estos objetos podrían ser por ejemplo los códigos de conducta. También se está prescindiendo de lo que Chomsky denomina la perspectiva “''p''” (por platónica) que es la que admite entidades de existencia extramental como los valores absolutos o eternos (Mikhail 2011, 62-65).
<!--[if !supportLists]-->c)   <!--[endif]-->De la pobreza de estímulos se sigue por principio de abducción o recurso a la mejor explicación (Lipton 2004, 56) la necesidad de postular un sistema mental, constituido por principios y reglas que sea innato y mayormente inconsciente (Chomsky 1965, 8). Este conocimiento tácito se despliega en el tiempo y a partir de experiencias propicias, haciendo posible el aprendizaje de una lengua. A ese estado mental de un sujeto capaz de hablar un lenguaje Chomsky lo llamó: “Gramática” (Chomsky 1980, 51; Mikhail 2011, 16). En definitiva, el desarrollo del lenguaje se daría de un modo análogo al de un órgano o de un sistema fisiológico (Chomsky 1976, 1; para la extrapolación de esta tesis a la moral véase Mikhail 2008).
<!--[if !supportLists]-->d)   <!--[endif]-->Dentro de esta Gramática es posible distinguir dos momentos: una Gramática Universal (GU) y otra Generativa (GG). La primera es una suerte de bioprograma, codificado genéticamente y relativamente homogéneo en cuanto a su base neural, que subyace a cada una de las lenguas naturales. La GU es un estado mental suficientemente rico y flexible como para permitir el desarrollo de  distintas distintas GG, que consisten entonces en el estado mental particular de un sujeto que habla un lenguaje determinado (Mikhail 2011, 14-16).
<!--[if !supportLists]-->e)   <!--[endif]-->La diferenciación en la Gramática de principios operativos y principios explícitos. Los primeros constituyen un conocimiento tácito e inconsciente. Los segundos, que pueden articularse y por lo tanto enseñarse y aprenderse, pertenecen a la dimensión discursiva de la razón y reciben el influjo de la cultura. Esta disociación entre lo intuitivo inmediato y lo discursivo ''a posteriori ''se evidencia, por ejemplo, en la posibilidad de percibir que una oración está mal hecha más allá de que no se pueda explicar por qué, o en el hecho de que los niños utilizan con fluidez y corrección el lenguaje mucho antes de poder adquirir un conocimiento reflexivo de sus reglas. En palabras de Hauser, en el lenguaje  “lo “lo que nosotros sabemos palidece en relación con lo que nuestra mente realmente sabe” (Hauser et al. 2008, 110).
<!--[if !supportLists]-->f)   <!--[endif]-->La focalización en el lenguaje como competencia, es decir, como hábito y no como actuación o ejercicio concretos. En el primer caso, se trata de una posesión relativamente estable y bastante homogénea, mientras que el ejercicio específico puede verse afectado por factores exógenos al sistema como por ejemplo una distracción o una falla de memoria. En el ámbito moral, se introduce, además, una dificultad extra que consiste en la posibilidad de obrar en contra del dictamen de la conciencia y de que el juicio axiológico se vea influenciado por la emotividad del sujeto.
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